El progreso de mis lamentos y mis fracasos eternos,
dan por sentado que pese a la tendencia de mis sueños,
jamas me acostumbre a este sufrimiento.
La incertidumbre entre mis anhelos mezclados con las vísperas
de un nuevo sueño me congela en el intento de superar mi propio miedo,
al que responde una y otra vez un alma dosil en silencio, desgastado por
los prejuicios de tu estúpido pensamiento.
De repente se perfeccionan mis deseos y vuelvo a anclar una idea
en este infierno que no hace mas que ahogar lo que mas quiero.
La noche cae y con ella trae esas palabras que abastecen mis
sentimientos, ingenuo logro dormirme y feliz lo creo que al
despertarme con el día nuevo mi dolor se
ira por completo.