viernes, 24 de diciembre de 2010

# Sé mi Suerte onírica & Real



La sangre ruge sobre el mural de horror en grises 
con el pincel que la memoria clamó olvidada
las bombas caen como un cincel tajando el lienzo
pintando en él nuestras miserias, nuestras desgracias

y le extendí mis brazos para caer sobre él
vi en mis manos arder el tiempo que se desangra en su llanto 

Sé testigo de mi muerte, sé mi suerte onírica y real 
sé destino del camino, sé el sentido, el rumbo a recordar

En la agonía del ideal, el sufrimiento buscó el por qué 

mientras la guerra lo desangraba 
y en trazos largos volvió a nacer con la denuncia a este mundo cruel
un alegato a la esperanza

y le extendí mis brazos para caer sobre él
vi en mis manos arder el tiempo q se desangra en su llanto 

Sé testigo de mi muerte, sé mi suerte onírica y real 
sé destino del camino, sé el sentido, el rumbo a recordar
jamás podes ver caer a un hermano e ignorar que esa es tu propia derrota





El ataque empezó a las 4.30 de la tarde, bombas lanzadas a 3.600 metros de altura impactaran en un puente de 15 metros y habida cuenta de que los aviones cargaban además bombas incendiarias.
El ataque fue devastador: los bombarderos lanzaron una gran cantidad de bombas medianas de 250 kg, livianas de 50 kg y más de tres mil proyectiles incendiarios de aluminio de 1 kg sobre el casco urbano de la ciudad.
El 70% de los edificios de la ciudad fue totalmente destruido por el incendio, que no se pudo apagar hasta el día siguiente, y el 20% gravemente dañados. los datos más actuales apuntan entre 250 y 300 muertos.La destrucción fue tan grande que provocó un intenso humo, por lo que los últimos bombarderos, al no poder ver los objetivos, 
descargaron las bombas a ciegas. A las 7.30 de la
tarde terminó el ataque, no pudiéndose apagar 
totalmente el incendio hasta el día siguiente.